Estoy perdida. No tengo ni idea de a
dónde me dirijo, y por más que trato de hacer planes me siento incapaz, al ver
que no tengo los datos suficientes para resolver el problema. No tengo más
remedio que convivir con la incertidumbre.
Pero mirándolo bien, la incertidumbre también tiene cosas buenas.
Como dice la frase de Margaret Drabble que encabeza esta entrada, "cuando
nada es seguro, todo es posible". Y al fin y al cabo, los planes están
sobrevalorados: ¿cuántas veces todo ha salido al revés de como la habías
imaginado?
La incertidumbre, en ciertos momentos y a ciertas edades, no solo
es buena, sino que es necesaria. El tener la seguridad de qué viene después
puede hacer que caigamos en la rutina y empecemos a creer que nada puede
cambiar. Y todo puede cambiar. Y quizás todo deba hacerlo, incluso para mal,
para que así podamos aprender, caernos y levantarnos, ganar experiencia y volvernos
más resistentes a los golpes.
Mientras escribo esto estoy leyendo este artículo,
que básicamente va sobre lo mismo que comento: "For those of us
without a clear vision of the future, conventional advice to follow your dreams
and plan for the future is more frustrating than helpful. How can you
follow your dreams when you don’t know what your dreams are? What is the point
of planning if you don’t know what you’re planning for?"
No tengo ni idea de qué es los próximo para mí. Puede que tú
tampoco lo sepas. Pero aunque echemos de menos la seguridad de tenerlo todo
planeado, tenemos que ser conscientes de que la falta de esta también significa
posibilidades ilimitadas, posibilidades que sería una pena desaprovechar por estar demasiado centrados en volver a tenerlo todo bajo control. Este es el
momento de averiguar qué es lo que realmente queremos. Como dice el
artículo: "When you are in school and every second is
scheduled, you are taught that unoccupied hours are wasted hours, that allowing
downtime between life’s events is unwise. Having gaps in your resume is
considered undesirable. When people ask you what you’re doing, it is implicit
that “nothing” is not an acceptable answer. Yet your life’s purpose won’t
reveal itself to you when you’re constantly in the midst of mundane tasks or
doing things just because you’re supposed to. You might think that if you enter
a lull you’ll become indolent, but for most human beings indolence quickly
loses its charm, and in the absence of obligations you’ll find yourself
naturally gravitating towards your real desires, even if you didn’t know what
your desires were before."
Averigua qué es lo que quieres. Aprende. Pierde el tiempo, comete
errores. Cáete, levántate. Empieza de cero, cambia de
rumbo: "You can never start
doing what you really want too soon – you only get to be in your twenties once,
so don’t waste them by being boring."
Artículo: In praise of
the unplanned career.
Sin duda, yo odio el sentimiento de incertidumbre. Aunque es cierto, que si la miramos por el lado bueno, tiene sus ventajas y sus cosas buenas. Creo que la clave está en creernos que de verdad somos dueños de nuestra vida, de nuestro propio destino. Y a partir de ahí, con incertidumbre y sin ella, hay que comenzar a caminar.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la entrada.
¡Un besito!
Creo que yo también estoy en un momento de incertidumbre, no sé que pasara en el futuro, pero tampoco quiero saberlo, quiero ir a donde me lleve la vida. Por ahora me concentro en disfrutar del sol que en este lado del mundo sale cada mañana en esta época. Saludos, te seguía desde A cualquier otro lugar, pero me agrada tu nuevo proyecto en Lo que ella escribe.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste Lo que ella escribe, y espero verte mucho por aquí :)
Eliminar¡Besos!