La industria de la belleza nos trata como Regina George a Cady Heron.
Proyecto Kahlo cumple un año y estrena nuevo número este mes. Mi colaboración de noviembre se titula "El problema de la belleza real":
“Lo más importante es que la identidad de las mujeres debe apoyarse en la premisa de nuestra belleza, de modo que nos mantendremos siempre vulnerables a la aprobación ajena, dejando expuesto a la intemperie ese órgano vital tan sensible que es el amor propio”.
”Una economía que depende de la esclavitud necesita promover la imagen de la esclava para justificarse a sí misma”.
Naomi Wolf, El mito de la belleza.
En 2004 Dove puso de moda
la “belleza real”, llevando a cabo una campaña de marketing, que continúa en la
actualidad, cuyo propósito es, al menos en teoría, celebrar la belleza natural,
haciendo que las mujeres se sientan más cómodas consigo mismas. Sin embargo,
resulta complicado creerse sus buenas intenciones: la crítica más obvia es que
la compañía matriz de Dove es Unilever, compañía a la que también pertenecen Axe y Lynx, famosas ambas por sus anuncios de marcado contenido sexista. Además,
Unilever también produce un producto para aclarar la piel y barritas para adelgazar. Después de saber todo esto resulta complicado creerse que a Dove le
pueda interesar nuestra autoestima para algo más que para aumentar sus beneficios.
Las acciones publicitarias que componen la
susodicha campaña de Dove tampoco están exentas de crítica. Aunque hay que
reconocer sus esfuerzos por tratar de hacer algo diferente en la industria, lo
cierto es que esa reivindicación de la belleza natural resulta en la práctica
bastante limitada. La reciente campaña “Dove Real Beauty Sketches”, que
se convirtió en viral en muy poco tiempo, muestra a una serie de mujeres
(que son en su mayoría jóvenes, blancas y delgadas) describiéndose físicamente
a un artista forense que las va dibujando sin verlas. Después son otros los que
las describen, y finalmente ellas pueden ver los dos retratos, y las diferencias
entre estos, dándose cuenta de lo críticas que son con su apariencia. Además de
la escasa diversidad que muestra el anuncio, este califica ciertos rasgos como
menos deseables, pues todos los retratos en los que se da por hecho que las
mujeres resultan más atractivas las muestran más jóvenes y delgadas de lo que
ellas se han descrito. El vídeo termina haciendo referencia al fuerte impacto
que tiene la belleza en todos los ámbitos, sin cuestionarse ni una sola vez si
esto debería ser así, e insinuando que la culpa de que las mujeres nos
juzguemos con tanta dureza es nuestra, y no de una cultura que nos asfixia con
ideales imposibles. El caso es que Dove nos dice que somos más guapas de lo que
creemos, así que ya podemos darnos con un canto en los dientes e ir a comprar
unas cuantas cremas para agradecérselo.
Muy necesarias tus palabras, María: gracias. El anuncio de DOVE lo vi por primera vez en el blog de una chica americana que aseguraba sentirse "conmovida" con él cada vez que lo veía. A mí me parece estética comercial pura y dura. La conclusión a la que llegamos con él es la de que las mujeres nos vemos más gordas de lo que somos y la gente, en realidad, nos ve más delgadas. "Esperanzador" mensaje, desde luego... ejem.
ResponderEliminarSigue escribiendo estas cosillas, que hacen falta.
Un abrazo :)
¡Muchas gracias, María! Ya está bien de que nos traten como si fuéramos tontas.
EliminarBesos :)